martes, 9 de julio de 2013

HOY VIMOS Y RECOMENDAMOS

“Me parece que las historias que se habían contado en relación a la dictadura olvidaron dar cuenta del costado más humano: la cotidianeidad de esos militantes que estaban dispuestos a dar sus vidas por sus ideales, y que tenían una vida detrás de esa lucha. Yo asumí el desafío y el riesgo de contar la Historia desde ese costado, y es plantarse y asumir ‘esto es lo que pienso, esto es lo que creo”.

Benjamín Ávila es director, hijo de desaparecidos y responsable de una de las mejores películas sobre la dictadura que se ha realizado hasta aquí en la Argentina: Infancia Clandestina, primer película de ficción de su carrera, está basada en su propia infancia, –antes había hecho un documental sobre los hijos y los nietos de desaparecidos, y la búsqueda de su identidad- y asume el desafío de contar la historia desde el punto de vista de un chico de 11 años, hijo de militantes montoneros que sin quererlo se convierte en protagonista de una lucha que no eligió, y que lo marcará para siempre.
Contada desde esa perspectiva, “desde adentro”, la historia de este chico, -de sus padres, y la lucha que afrontan- se convierte en un relato plagado de grises que, por fuera de los maniqueísmos y los lugares comunes que definen a buena parte de las obras que han abordado “los años de plomo”, permite a los espectadores asomarse al cotidiano que moldea su sensibilidad.
“Este no es el mito o el infierno”, explica el director. “Intenté dar una visión más humana y realista de cómo fueron las cosas, como yo las recordaba, no sumándome a esa construcción que se hizo después según la cual podría parecer que las 24 horas reinaban la violencia y el pánico. Es verdad que vivimos incontables situaciones de miedo, de horror, pero también había humor, amor, vidas sujetas a cierta normalidad, vidas más o menos parecidas a las de otras personas”.
Benjamín, como el chico protagonista del film, vivió esos años como hijo de una pareja de militantes que sufrieron en carne propia la tragedia de la represión de Estado: tenía cuatro años cuando su madre y su pareja, ambos militantes montoneros, se lo llevaron al exilio. Recaló en Brasil, México, Cuba. Volvió al país a comienzos de 1979, el año en que transcurre la historia que relata la película. Ese fue el año en que desapareció Charo, su mamá –a Benjamín lo dejaron en la puerta de la casa de su abuela, y luego viajó a Tucumán, a vivir con su padre, arquitecto y actor-.
El hermano del director fue secuestrado y entregado a otra familia, por esos años, y recién recuperaron su identidad en 1984, gracias al trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo; fue uno de los primeros nietos restituidos. Esas fueron las duras experiencias personales que sirvieron al director para filmar, antes de “Infancia…”, el documental “Nietos (Identidad y Memoria)”, estrenado en 2004.
“Infancia…” cuenta con los protagónicos de Natalia Oreiro, Ernesto Alterio, César Troncoso, Teo Gutiérrez Moreno, Cristina Banegas, Violeta Palukas y Paula Ransenberg.
Ávila disfruta por estos días de las críticas elogiosas y de la respuesta del público, que sale conmovido de las salas de proyección.

Por fuera de los clichés de ciertas películas y novelas que caen una y otra vez en el facilismo de narrar los años de la dictadura desde la violencia que caracterizó esos años, la película propone una mirada humanizada de los militantes de los 70, que permite al espectador asomarse a esas historias sensibilizándose con la convicción y el idealismo que los movilizaba.
AQUÍ VISIÓN ARRECIFES LES DEJA EL LINK PARA VERLA COMPLETA: 

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