jueves, 12 de diciembre de 2013

¿30 años de 200?

Cuando decimos conmemorar los 30 años de democracia, surge el inmediato interrogante de ¿Sólo desde hace 30 años tenemos democracia en la Argentina? Es un tema absolutamente debatible, y voy a utilizar el máximo rigor académico posible para responderlo.
Primero pensemos que es la democracia. El gobierno del pueblo dirán rápidamente. ¿Y el pueblo? ¿qué es el pueblo? acá la cosa se torna mas subjetiva, pero apliquemos la lógica y digamos que es el conjunto de habitantes que vive dentro de un mismo territorio. Incluyendo naturalmente a personas de distintas clases sociales, religión y sexo. Repasemos, pues, en que momentos de nuestra joven historia tuvimos democracia, en los términos de participación absoluta del pueblo en la toma de decisiones del país.

Desde el momento en que empezamos a respirar aires independentistas, a soltarnos de las cadenas de la colonia española, allá por Mayo de 1810, ya podemos hablar de cierta participación del pueblo. Pero es una participación exclusiva de cierta clase de personas. De la revolución de Mayo participaron aquellos que eran considerados en el rango de "vecinos", teniendo que ostentar un determinado trabajo y cierto capital que avale su condición de tal. El pueblo plebeyo quedó excluido de la participación. Y así  continúa esa década de 1810 hasta la declaración de la Independencia, sin un sistema de gobierno claro y afianzado, y con una participación reservada para las elites.
En 1821 se habla por primera vez de "voto universal", para aquellos mayores de 21 años, varones naturalmente, que además lucieran  el titulo de "vecinos" que estaba cada vez menos claramente delimitado. Así atravesamos el conflicto de Buenos Aires con el interior, el gobierno de Juan Manuel de Rosas y su caída. En ese momento se produce un quiebre, ya que un años después, en 1853 se firma la Constitución Nacional, tantas veces relegada. Pero ésta no trajo la democracia consigo. No hubo, a partir de su firma, una participación universal del pueblo en los asuntos del país. Eran momentos de organización nacional y recién aparecían los partidos políticos, que significaron un gran avance; se afianza el Partido Autonomista Nacional y a partir de 1880 se produce la organización del Estado Nacional, con instituciones fuertes, que garantizaban el andamiaje del Estado y la idea de una democracia de corte liberal. De hecho las autoridades se elegían por medio de elecciones. Pero seguía una gran porción de pueblo excluido y relegado.
En 1812 nos encontramos con una gran ampliación en los derechos al sufragio, con la llamada "Ley Sáenz Peña", que garantizaba el voto universal, secreto y obligatorio para mayores de 18 años, sin distinción ni rótulos de clase alguno. Así llega al poder en 1916 un partido hasta entonces popular como la Unión Cívica Radical, de la mano de su líder Hipólito Yrigoyen. ¿Podemos hablar de democracia entonces? no. Aún falta incluir a las mujeres en la vida democrática del país. Falta para eso. Además, hacia 1930 se produce un quiebre institucional, un golpe de Estado y las Fuerzas Armadas toman el poder, prohibiendo las elecciones de autoridades en todo el país. Duró hasta 1932 cuando fue electo Agustín P. Justo como presidente. Se iniciaba así un largo período en el que el verdadero poder iba a estar determinado no tanto por la voluntad del pueblo, como si por las fuerzas armadas. Entramos así en la denominada "Década Infame", donde el fraude electoral era lo que más sobresalía.
En 1943, otro golpe militar. Y así llegamos a un momento crucial de la historia argentina, que es el advenimiento del peronismo, movimiento social que permite a una clase relegada como la de los trabajadores participar, visibilizarse en la política de nuestro país. Luego del histórico 17 de Octubre de 1945 donde el pueblo trabajador salió a las calles a pedir por su líber Juan Domingo Perón, que se encontraba preso, se vino la elección de Febrero de 1946. El Peronismo las gana. La extensión de derechos que el gobierno peronista realizó para esa clase olvidada fue un gran avance para la democracia, pero es recién en 1947, cuando se firma el decreto mediante el cual se faculta a las mujeres a votar, derecho hasta el momento exclusivo de los hombres, cuando podemos decir a viva voz que estamos en presencia de una democracia, en los términos de participación universal del pueblo en la elección de sus representantes. Es Eva Perón la gran abanderada de ese logro. Y en las elecciones de 1951 el peronismo arrasa nuevamente en las urnas, ya con la participación de las mujeres.
Llegamos a 1955, y se produce el derrocamiento de Perón. Tres años de una sangrienta y fusiladora dictadura, para llegar al inicio de lo que yo denomino "pseudo democracias", los gobiernos de Arturo Frondizi y Arturo Illía. Las llamo así porque acceden al poder con la proscripción del partido mayoritario del país, que era el peronista, por el decreto 4161 que prohibía su participación en elecciones libres y el uso de insignias peronistas. Hasta nombrar a Perón y a Evita estaba prohibido. Así avanzamos por caminos pseudo democráticos y llegamos al golpe de 1966, el de Juan Carlos Onganía, aquel militar ultracatólico y conservador que reprimía universidades. Fueron 7 años de dictadura, con presidentes de facto como Levingston y Lanusse.
Llega 1973, el peronismo puede presentarse a elecciones libres, pero no su líder, Perón, debido a una cláusula impuesta por Lanusse referida al tiempo de residencia que debía tener en el país para presentarse (sabido es que volvió de un exilio de casi 18 años en Noviembre de 1972 y las elecciones fueron estipuladas para Marzo de 1973). Quien se impone es el candidato peronista, Héctor J. Cámpora. Gobierna apenas 49 días, pero dicen, quienes vivieron ese momento, que se vivió una primavera de libertad como en mucho tiempo no se veía en la Argentina. Luego viene el tercer gobierno de Perón en ese mismo año, tras la renuncia de Cámpora. Después, la dictadura, el horror, el genocidio de 1976.

Nos situamos ya en 1983, con la victoria del radical Raúl Alfonsín y la instauración definitiva de la democracia. Por eso es que decimos "30 años de democracia", porque antes, solo en contados momentos gozamos de una democracia plena, donde la participación del pueblo se materializó realmente. En este sentido podemos mencionar al segundo y tercer gobierno peronista, y a los 49 días de Cámpora. Obviamente, que la tensión de los años 70 no permite ver con claridad las cualidades de aquellas democracias. En la Argentina hubo mas de 30 años de democracia, pero siempre interrumpidas por golpes militares, con lo cual en el inconciente colectivo social nos queda la idea de que es recién a partir del 83 cuando podemos gozar de un largo tiempo con ese sistema de gobierno, que por naturaleza es desordenado y que muchas veces nos produce enojos y decimos cosas que no deberíamos decir de él. Con su desorden (que viene de la mano con la idea de libertad), con sus defectos, con sus (y nuestros) errores, la democracia es lo mejor que nos puede pasar a los argentinos. Hay que afianzarla cada vez mas, cuidarla, mimarla, mirarla siempre con agrado, y por sobre todas las cosas disfrutarla y defenderla, porque los desestabilizadores que añoran las botas siempre están, vomitando estos años de democracia y destilando el peligroso veneno anti democrático.

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