Cuando decimos conmemorar
los 30 años de democracia, surge el inmediato interrogante de ¿Sólo desde hace
30 años tenemos democracia en la
Argentina ? Es un tema absolutamente debatible, y voy a
utilizar el máximo rigor académico posible para responderlo.
Primero pensemos que es
la democracia. El gobierno del pueblo dirán rápidamente. ¿Y el pueblo? ¿qué es
el pueblo? acá la cosa se torna mas subjetiva, pero apliquemos la lógica y
digamos que es el conjunto de habitantes que vive dentro de un mismo
territorio. Incluyendo naturalmente a personas de distintas clases sociales,
religión y sexo. Repasemos, pues, en que momentos de nuestra joven historia
tuvimos democracia, en los términos de participación absoluta del pueblo en la
toma de decisiones del país.
Desde el momento en que
empezamos a respirar aires independentistas, a soltarnos de las cadenas de la
colonia española, allá por Mayo de 1810, ya podemos hablar de cierta
participación del pueblo. Pero es una participación exclusiva de cierta clase
de personas. De la revolución de Mayo participaron aquellos que eran considerados
en el rango de "vecinos", teniendo que ostentar un determinado
trabajo y cierto capital que avale su condición de tal. El pueblo plebeyo quedó
excluido de la participación. Y así
continúa esa década de 1810 hasta la declaración de la Independencia , sin un
sistema de gobierno claro y afianzado, y con una participación reservada para
las elites.
En 1821 se habla por
primera vez de "voto universal", para aquellos mayores de 21 años,
varones naturalmente, que además lucieran
el titulo de "vecinos" que estaba cada vez menos claramente
delimitado. Así atravesamos el conflicto de Buenos Aires con el interior, el
gobierno de Juan Manuel de Rosas y su caída. En ese momento se produce un
quiebre, ya que un años después, en 1853 se firma la Constitución Nacional , tantas
veces relegada. Pero ésta no trajo la democracia consigo. No hubo, a partir de
su firma, una participación universal del pueblo en los asuntos del país. Eran
momentos de organización nacional y recién aparecían los partidos políticos, que
significaron un gran avance; se afianza el Partido Autonomista Nacional y a
partir de 1880 se produce la organización del Estado Nacional, con
instituciones fuertes, que garantizaban el andamiaje del Estado y la idea de
una democracia de corte liberal. De hecho las autoridades se elegían por medio
de elecciones. Pero seguía una gran porción de pueblo excluido y relegado.
En 1812 nos encontramos
con una gran ampliación en los derechos al sufragio, con la llamada "Ley Sáenz
Peña", que garantizaba el voto universal, secreto y obligatorio para
mayores de 18 años, sin distinción ni rótulos de clase alguno. Así llega al
poder en 1916 un partido hasta entonces popular como la Unión Cívica Radical, de
la mano de su líder Hipólito Yrigoyen. ¿Podemos hablar de democracia entonces?
no. Aún falta incluir a las mujeres en la vida democrática del país. Falta para
eso. Además, hacia 1930 se produce un quiebre institucional, un golpe de Estado
y las Fuerzas Armadas toman el poder, prohibiendo las elecciones de autoridades
en todo el país. Duró hasta 1932 cuando fue electo Agustín P. Justo como
presidente. Se iniciaba así un largo período en el que el verdadero poder iba a
estar determinado no tanto por la voluntad del pueblo, como si por las fuerzas
armadas. Entramos así en la denominada "Década Infame", donde el
fraude electoral era lo que más sobresalía.
En 1943, otro golpe
militar. Y así llegamos a un momento crucial de la historia argentina, que es
el advenimiento del peronismo, movimiento social que permite a una clase
relegada como la de los trabajadores participar, visibilizarse en la política
de nuestro país. Luego del histórico 17 de Octubre de 1945 donde el pueblo
trabajador salió a las calles a pedir por su líber Juan Domingo Perón, que se
encontraba preso, se vino la elección de Febrero de 1946. El Peronismo las
gana. La extensión de derechos que el gobierno peronista realizó para esa clase
olvidada fue un gran avance para la democracia, pero es recién en 1947, cuando
se firma el decreto mediante el cual se faculta a las mujeres a votar, derecho
hasta el momento exclusivo de los hombres, cuando podemos decir a viva voz que
estamos en presencia de una democracia, en los términos de participación
universal del pueblo en la elección de sus representantes. Es Eva Perón la gran
abanderada de ese logro. Y en las elecciones de 1951 el peronismo arrasa
nuevamente en las urnas, ya con la participación de las mujeres.
Llegamos a 1955, y se
produce el derrocamiento de Perón. Tres años de una sangrienta y fusiladora
dictadura, para llegar al inicio de lo que yo denomino "pseudo
democracias", los gobiernos de Arturo Frondizi y Arturo Illía. Las llamo
así porque acceden al poder con la proscripción del partido mayoritario del
país, que era el peronista, por el decreto 4161 que prohibía su participación
en elecciones libres y el uso de insignias peronistas. Hasta nombrar a Perón y
a Evita estaba prohibido. Así avanzamos por caminos pseudo democráticos y
llegamos al golpe de 1966, el de Juan Carlos Onganía, aquel militar
ultracatólico y conservador que reprimía universidades. Fueron 7 años de
dictadura, con presidentes de facto como Levingston y Lanusse.
Llega 1973, el peronismo
puede presentarse a elecciones libres, pero no su líder, Perón, debido a una cláusula
impuesta por Lanusse referida al tiempo de residencia que debía tener en el
país para presentarse (sabido es que volvió de un exilio de casi 18 años en
Noviembre de 1972 y las elecciones fueron estipuladas para Marzo de 1973).
Quien se impone es el candidato peronista, Héctor J. Cámpora. Gobierna apenas
49 días, pero dicen, quienes vivieron ese momento, que se vivió una primavera
de libertad como en mucho tiempo no se veía en la Argentina. Luego viene
el tercer gobierno de Perón en ese mismo año, tras la renuncia de Cámpora. Después,
la dictadura, el horror, el genocidio de 1976.
Nos situamos ya en 1983,
con la victoria del radical Raúl Alfonsín y la instauración definitiva de la
democracia. Por eso es que decimos "30 años de democracia", porque
antes, solo en contados momentos gozamos de una democracia plena, donde la
participación del pueblo se materializó realmente. En este sentido podemos mencionar
al segundo y tercer gobierno peronista, y a los 49 días de Cámpora. Obviamente,
que la tensión de los años 70 no permite ver con claridad las cualidades de aquellas
democracias. En la Argentina
hubo mas de 30 años de democracia, pero siempre interrumpidas por golpes
militares, con lo cual en el inconciente colectivo social nos queda la idea de
que es recién a partir del 83 cuando podemos gozar de un largo tiempo con ese
sistema de gobierno, que por naturaleza es desordenado y que muchas veces nos
produce enojos y decimos cosas que no deberíamos decir de él. Con su desorden
(que viene de la mano con la idea de libertad), con sus defectos, con sus (y
nuestros) errores, la democracia es lo mejor que nos puede pasar a los
argentinos. Hay que afianzarla cada vez mas, cuidarla, mimarla, mirarla siempre
con agrado, y por sobre todas las cosas disfrutarla y defenderla, porque los
desestabilizadores que añoran las botas siempre están, vomitando estos años de
democracia y destilando el peligroso veneno anti democrático.
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